El estrés es parte integral de la vida de toda persona, pero es la forma como afrontamos el estrés la que determina nuestro desarrollo y desenvolvimiento personal dentro de la sociedad, así como también nuestro bienestar físico y psicológico.
Los efectos del estrés han sido ampliamente descritos en la literatura psicológica y medica a lo largo de los años, pero la verdad es que hasta la fecha no se ha podido llegar a un criterio unánime sobre su definición. Sin embargo, para poder tener una noción mas o menos clara y precisa de lo que es el “estrés”, es importante primero comprender como funciona nuestro organismo y que cambios tiene cuando este se ve sometido a situaciones que le provoca lo que comúnmente se conoce como estrés.
La investigación sobre el estrés, sus causas y consecuencias, ha sido llevada a cabo por décadas. El fisiólogo Francés Claude Bernard dio a conocer que la auto-regulación es una característica innata de todo organismo viviente, y esto con la finalidad de mantener un nivel de estabilidad de su medio ambiente interno a pesar de los cambios externos al que es sometido constantemente. De esta forma, la definición de estrés es más comúnmente aceptada como aquel factor que produce cambios externos de carácter negativo en el individuo; claro que no podemos olvidar que el estrés hasta cierto punto es beneficial para nuestra propia supervivencia ya que es una buena fuente de motivación.
Por su parte, el médico británico Sir William Osler relaciono de una forma definitiva la incidencia de las enfermedades cardiovasculares con el estrés. EL fisiólogo norteamericano Walter Cannon llego a la conclusión de que el estrés es un estado o reacción del organismo en el cual se producen una serie de cambios observables que estimulan las glándulas adrenales y el sistema nervioso simpático tanto en animales como en seres humanos. Para Cannon, el estrés era el resultado de una alteración en el mecanismo homeostático del individuo, el cual mantiene el equilibrio del medio interno.
Pero el más influyente de todos los estudios en relación al tema del estrés fue el realizado por Hans Selve, a quien se le considera el primero en estudiar el fenómeno del estrés de manera sistemática y científica. Sin embargo, su trabajo fue influenciado por el trabajo previamente realizado por otros investigadores, principalmente por los estudios de Bernard y Cannon. Selve acuño el término “síndrome de adaptación general”, el cual vendría a ser la suma de todas las reacciones sistemáticas del cuerpo no especificas que toman lugar después de que un organismo ha sido continuamente expuesto y por un largo periodo a un factor estresante. Más adelante Selve incluyo el término “estresor” para denotar el factor o estimulo que provoca el estado de estrés en el individuo. Años más tarde, Lazarus, Deese y Osler argumentaron que el estrés no podía ser definido en términos de estímulos o respuesta sino más bien como la variable que interviene y en la cual la motivación juega un papel fundamental. En la actualidad, la mayoría de los expertos en este campo consideran que las emociones son estados o condiciones psicobiologicas complejas, las cuales tienen a la misma vez propiedades fenomenológica y fisiológicas. Cada uno de estos investigadores han aportado de una manera u otra conocimientos que han dado respuesta a muchos interrogantes que se tenían acerca del estrés, pero aun así su definición sigue siendo ambigua.
Se han reconocido una serie de estados emocionales que tienen una gran influencia en la forma en la que cada individuo responde a estímulos y circunstancias similares de manera totalmente diferente, y estos están dictados por nuestros rasgos o predisposiciones de personalidad que son únicos para cada sujeto. Es decir, la forma como el individuo percibe una situación, ya sea como normal o amenazadora, y a su vez el nivel de amenaza que esta representa para el sujeto, va a influenciar significativamente en la forma de reacción emocional a dicho evento. Bajo la luz de esta nueva información, Lazarus definió el estrés como una forma particular de transacción entre la persona y su medio ambiente, la cual consiste de tres elementos básicos: estresores, peligro y reacciones emocionales.
En muchas ocasiones, el estresor tiene un elemento real de peligro físico o psicológico para el individuo, pero existen otros casos en los cuales el estresor no tiene ninguna base lógica o real aparente. Se le consideran reacciones emocionales primarias a la ansiedad, la cólera y la hostilidad, las cuales son el producto de la evaluación cognitiva de amenaza. A su vez, un estado de ansiedad consiste de sentimientos de nerviosismo, preocupación, tensión, aprensión, así como excitación del sistema nervioso autónomo. Todos los seres humanos sentimos ansiedad y cólera con alguna frecuencia, pero la diferencia radica en la frecuencia e intensidad con que cada individuo siente estas emociones. El estado de ansiedad puede ser iniciado tanto por estímulos internos como externo. Cualquier estimulo evaluado cognitivamente como amenaza va a evocar una reacción de estado de ansiedad. En relación a la intensidad y duración de esta reacción, esta va a ser directamente proporcional a la magnitud de la amenaza.
Los seres humanos estamos en cierta forma programados para percibir ciertas situaciones que representan una amenaza física contra nuestra propia persona de manera más o menos uniforme; es decir, por naturaleza ciertas situaciones que ponen en peligro nuestra integridad física o psicológica nos provocan estrés. Sin embargo, cuando se trata del estrés producido por situaciones sociales, por lo general este varía de individuo a individuo. Se ha comprobado que las personas que presentan un mayor grado de ansiedad ante situaciones sociales son sujetos que tienen una pobre auto-estima y falta de auto-confianza. En relación a la cólera, se ha demostrado científicamente que la expresión de la cólera está asociada con enfermedades coronarias, mientras que la supresión de esta ha sido asociada con presión sanguínea elevada. Raymond Cattell fue el primero en formular las distinciones entre la ansiedad como un estado emocional transitorio y las diferencias individuales en tendencia o propensión a la intensidad como un rasgo de personalidad relativamente estable en el individuo; es decir, tendemos a reaccionar de una manera más o menos constante ante diversas situaciones que se asemejan entre sí según nuestra personalidad.
Uno de estos instrumentos de medición más importantes es conocido como el Inventario de Ansiedad Rasgo-Estado (IDARE), diseñado por Spielber, Gorsuh y Lushene con el propósito de ofrecer una escala relativamente breve y confiable para medir rasgos y estados de ansiedad. Esta escala de medición ha sido probada numerosamente con éxito, aunque presente su mayor deficiencia en la etapa de Test-Retest. Sin embargo, esta valiosa herramienta fue años más tarde revisada y reestructurada con la intención de desarrollar medidas “más puras” de Ansiedad Rasgo-Estado, con el propósito de proveer una base más firme para diferenciar entre pacientes que sufren de ansiedad y desordenes depresivos.
Son muchas las investigaciones que se han llevado a cabo en relación a la cólera y a la hostilidad, estudios que han demostrado su impacto negativo sobre la salud y el bienestar psicológico de las personas, pero las definiciones de estos términos son bastante ambiguas y a veces contradictorias. Sin embargo, para propósitos del análisis del contenido de este texto, el autor nos propone el concepto de la cólera como un estado emocional el cual consiste de sentimientos que varían de intensidad, desde una ligera irritación o molestia hasta furia intensa y rabia. Por su parte, la hostilidad viene definida como el conjunto de actitudes complejas las cuales motivan conductas agresivas dirigidas hacia la destrucción de objetos o de daño físico hacia otras personas. La agresión, a diferencia de la cólera y la hostilidad que se refieren a sentimientos y actitudes, implica una conducta punitiva o destructiva hacia otras personas u objetos.
En relación al estudio de la cólera y la hostilidad, existen facetas de ambas emociones que ha siendo ampliamente ignoradas en la investigación psicológica; incluso cuando se trata de pruebas psicométricas. Dos de los problemas más comunes en la actualidad con las pruebas de medición de la cólera y la hostilidad son: 1) estas dos emociones son ignoradas o no son tomadas en consideración al momento de construir la prueba; y 2) existe una tendencia marcada a confundir la experiencia y la expresión de la cólera con determinantes situacionales de reacciones de cólera.
A diferencia de la IDARE, la Escala Multicultural de la Cólera Rasgo-Estado, fue desarrollada con el propósito de evaluar la intensidad de la cólera como un estado emocional, así como las diferencias individuales en predisposición a la cólera como un rasgo de personalidad. El IDARE fue diseñada y aplicada a personas de habla inglesa, mientras que la Escala Multicultural de la Cólera Rasgo- Estado fue diseñada para personas de habla hispana. Durante la construcción de esta prueba, la cólera fue definida como una condición o estado psicobiologico que consiste de sentimientos subjetivos de cólera que varían en intensidad desde una pequeña irritación hasta un estado de furia intensa, en la cual se estimula o activa el sistema nervioso autónomo.
En relación a las investigaciones realizadas sobre la cólera, se ha descubierto que los individuos que tienen un alto nivel de Cólera-Rasgo tienden a percibir un mayor rango de situaciones provocadoras de cólera, demostrando así que estas personas tienen una predisposición mayor a sufrir de estados de cólera más intensos y con mayor frecuencia. La distinción entre “cólera contenida” y “cólera manifiesta”, y su impacto negativo sobre el sistema cardiovascular, ha sido ampliamente reconocida en el campo de la psicología de la salud y la medicina conductual. La cólera contenido fue definida por Spielber et al., en términos de la frecuencia con que un individuo experimenta pero suprime sentimientos de cólera, mientas que la cólera manifiesta fue definida sobre la base de la frecuencia con que un sujeto expresa sentimientos de cólera a través de una conducta agresiva de tipo verbal o física.
Recientemente se combinaron las Escalas de la Cólera Rasgo-Estado y la Escala de la Expresión de la cólera con el propósito de formar el Inventario de la Expresión de la Cólera Rasgo-Estado, el cual evalúa la experiencia, expresión y control de la Cólera; y el cual consta de 44 items. Los resultados de esta prueba confirman que la estructura factorial de este inventario mide de manera significativa e independiente los componentes de la experiencia, expresión y control de la cólera en individuos “normales” y psiquiátricos. El Inventario de la Expresión de la Cólera ha sido ampliamente utilizado en investigaciones psicológicas, especialmente con el propósito de analizar la relación entre la cólera y la salud. Así mismo, esta prueba ha sido utilizada para examinar la relación entre dureza de personalidad, estado saludable y afrontamiento del estrés, así como el rol de la cólera dentro del patrón conductual.